UN MUSEO DE FIGURAS DE MARMÓL
Al mundo se le debe presentar un mensaje ardiente, mas no hacen falta fuegos artificiales para hacerlo. Los incendiarios no necesitan ser exaltados. Sin embargo, todo lo que tiene que ver con la iglesia, debería reflejar la luz cálida de Dios. "...En su templo todo proclama su gloria" (Salmos 29:9). Leemos que Dios hace de sus ministros una "llama de fuego" (Hebreos 1:7). Su pueblo debe arder como antorcha. No sólo los evangelistas, sino los ministros, los administradores de la iglesia, los líderes, los obreros y los maestros, todos deben arder con el Espíritu Santo, como antorchas en una calle oscura. En las reuniones administrativas debe verse el fuego del Espíritu Santo, de la misma forma en que se ve en las reuniones de predicación, y quizás aún más.
Los peces tienen la misma temperatura que el agua en la que nadan. Tristemente, hay muchos cristianos que son como peces, su espíritu no tiene más calor que el mundo de incrédulos que los rodea. Los hombres son criaturas de sangre caliente. Dios nos escogió para llevar las buenas nuevas, ¡con calor!.
El Señor no nos envía con cabezas frías llenas de dignidad. Tampoco nos elige por nuestra gran serenidad. Nos envía como carbones que fueron encendidos en el altar; nos manda como testigos de la resurrección, para testificar que conocemos al Dios de Pentecostes. He escuchado sermones que parecían cátedras sobre cómo embalsamar a los muertos. ¿Convence a alguien ese tipo de exposiciones acerca del Jesús vivo? Ni a Jesús, ni a Pedro, ni Pablo, permitieron que las congregaciones estuvieran pasivas, como estatuas de marmól en un museo.
La lógica puede encenderse, y seguir siendo lógica, como por ejemplo, la de Isaías o Pablo. La lógica no necesita pertenecer al periodo glacial. El fuego implica fervor, no ignorancia. Usted debe estar dispuesto a aprender, pero que eso no apague su fuego. Recuerde: resplandor antes que astucia. "...amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas..." (Marcos 12:30). El Señor quiere que tengamos un corazón rebosante de gozo, compasión y amor.
La dignidad humana adquiere un nuevo significado cuando la gente está llena de alabanzas a Dios. ¿Alguna vez ha visto a 50.000 personas llorando, saltando, gritando y alabando a Dios con inmensa alegría? ¿Y que otra cosa podría suceder si en estrado hubiera una madre testificando que su hijo acaba de ser sanado de mudez y ceguera congénita, o de miembros torcidos? Yo he oído estos testimonios de milagros muchas veces. Es una escena gloriosa, la cúspide de la experiencia humana.
No es un gran mérito permanecer inmutables cuando los paralíticos caminan y los ciegos ven. Ese tipo de reserva no es inteligente, es estúpida. El danzar de alegría va más de acuerdo con lo que esta sucediendo. Es manifestar gozo en la presencia del Señor. Jesús dijo que en momentos así hasta las piedras gritarían. (Lucas 19:40).
He visto a hombres y mujeres, blancos y negros, llegar muy tristes a las reuniones de oración. Luego, mas tarde, los veo de pie con las manos alzadas en adoración, sus ojos brillando con lágrimas de alegría, sus rostros alzados hacia Dios, sus labios declarando asombro y gratitud. Me digo a mi mismo: "¡Qué hermosos son!"
Si Dios no toca nuestros sentimientos, el diablo lo hará. ¿Como puede Dios convencer a los pecadores y ayudarles a que se arrepientan si no se sienten movidos? ¿Cómo puede darles el gozo de sentir que sus pecados han sido perdonados, sin proporcionarles alguna sensación en sus almas? Creo que la tarea del evangelista es encender el fuego del espíritu humano.
Hacer que la gente se salve es más que lograr que sus nombres figuren en una lista. El cristianismo no es un club al cual se estan inscribiendo. La salvación es cirugía espiritual. ¿Cuál es el perdón que proclamamos? ¿Que clase de perdón dió Jesús? Era un perdón lleno de misericordia. Ese perdón hizo que un paralítico caminara y conmovió el corazón de una mujer de la calle al punto de lavar con sus lágrimas los pies de Jesús. Es el tipo de perdón que despertaba el amor en las personas, y les provocaba hacer cosas extravagantes como la fiesta que ofreció Mateo; como María que quebró un frasco de nardo puro, que valía una pequeña fortuna; ese mismo perdón impulsó a Zaqueo a dar mucho dinero.
¿Es posible regocijarse en voz baja; alabar susurrando; participar en celebraciones silenciosas? Esto no es lo que la palabra "regocijarse" significa. Regocijarse quiere decir "alegrarse, gozarse, estar jubiloso". ¡regocíjese con emoción, con fuego!
El fuego del Espíritu Santo es real. Debe estar en la iglesia de Cristo como la sangre que corre por las venas. Cuando todo el pueblo de Dios de verdad esté lleno de fuego ganará a esta generación para Cristo.
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