ESTUDIAR LAS ESCRITURAS
No es suficiente tener buenas intenciones, hacer lo que uno piensa que es correcto o lo que el pastor le diga que esta bien. Uno debe investigar las Escrituras por sí mismo. Tiene un mapa que contiene todas las indicaciones para el viaje al cielo, y no debe asumir ninguna suposición. Uno de los más altos deberes de todo cristiano es aprender de las Escrituras, y entonces andar de acuerdo al conocimiento que vaya adquiriendo y animando a otros a seguir este ejemplo. Hemos de formar nuestras opiniones por nosotros mismos, siendo que por nosotros mismos hemos de responder delante de Dios. Hombres instruidos, con la pretensión de tener gran sabiduría, enseñan que las Escrituras tienen un significado secreto y espiritual que no resulta claro para la persona común. Estos hombres son falsos maestros. El lenguaje de la Biblia es claro y sencillo, aún los símbolos o figuras son entendibles cuando se estudia la Biblia bajo la dirección del Espíritu Santo. Si los hombres estudiaran la Palabra de Dios con oración y un espíritu de humildad, se realizaría una obra que traería a las filas del cristianismo a millares y millares que ahora andan en el error.
Muchos pasajes de las Escrituras -que hombres instruidos pasan por alto sin darles importancia- se hallan llenos de consuelo para el que ha sido enseñado en la escuela de Cristo. La comprensión de la verdad bíblica depende no tanto del poder del intelecto que se empeña en la investigación, como de la sencillez de propósito y el anhelo ferviente de lograr justicia.
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