¿QUE ES EL PECADO?
Pecar es hacer algo que desagrada a Dios. Toda persona nacida en el mundo es un pecador. Incluso el bebé más hermoso y de apariencia inocente inevitablemente pecaría, porque no es la primera acción pecadora lo que hace del niño un pecador, sino que el niño comete el pecado porque expresa la naturaleza pecadora con la cual nace ((Salmo 51:5). La vida natural es pecadora porque se centra en uno mismo en vez de en Dios. Los deseos e intenciones de un niño se centran en sí mismo. Está determinado a agradarse a si mismo y a tener sus deseos cumplidos. La esencia del problema es, que por naturaleza, queremos agradarnos a nosotros mismos. Cuando actuamos con naturalidad, como resultado de la naturaleza egoísta con la cual nacemos, inevitablemente pecamos y desagradamos a Dios. (Romanos 3:23). El pecado no solo desagrada a Dios sino que también separa a las personas que El ha creado, de la gloria que El pretende para ellos. Esto demuestra la naturaleza destructiva del pecado. El pecado separa al hombre de Dios.
Consecuencias del pecado.
- Entristece a Dios (Génesis 6:5-7)
- Trae culpabilidad (Salmo 51:3-4)
- Trae separación de Dios (Isaías 59:1-2)
- Trae juicio y castigo eterno (Mateo 25:46)
- Esclaviza (Romanos 6:17)
- Causa ceguera espiritual (2 Corintios 4:4)
- Causa muerte espiritual (Efesios 2:1)
- Trae falta de esperanza (Efesios 2:12)
- Corrompe (Tito 1:15)
- Condena (Santiago 5:12)
la Biblia usa más de una palabra para describir esta experiencia universal de la separación del hombre de Dios. Las palabras utilizadas pueden ser clasificadas en cuatro secciones principales:
- Desviación de una norma a pauta.
- Descripción de un estado.
- Rebelión deliberada.
- Acciones o actitudes contensiosas.
Todo el mundo es responsable de su propio pecado, (Romanos 14:12). Todos hemos pecado y hemos preferido el egoísmo a amar a Dios por sobre todas las cosas. Dios desea que nos alejemos del pecado y vivamos (Ezequiel 18:20-23). El hombre escogió pecar contra el deseo de Dios. Dios conocía las consecuencias de aquella desición, pero dió al hombre el derecho de escoger. Hoy, todavía podemos elegir, o bien permanecer en el pecado y por tanto continuar separados de Dios, o bien aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Jesús dió su vida para que podamos ser salvos de la culpabilidad, las consecuencias y el poder del pecado.
Dios quiere que le conozcamos, que conozcamos su voluntad, el desea realizar su propósito en nosotros, quiere que seamos parte de su reino nuevamente, quiere que seamos sus hijos, quiere que volvamos a disfrutar de una comunión intima con El.
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